El dolor anterior de rodilla es algo que para muchos puede ser un misterio más grande que el código Da Vinci, pero hoy te vamos a desvelar todos los secretos en este artículo de nuestro blog.
El dolor anterior en la rodilla, es una dolencia músculo-esquelética común. Contribuye a la limitación funcional en personas de todas las edades y niveles de actividad. Los síntomas asociados al dolor de rodilla anterior pueden tener un impacto adverso significativo en la función, la salud general y la calidad de vida de una persona.
POSIBLES CAUSAS
El dolor anterior de rodilla engloba múltiples condiciones clínicas, siendo el dolor patelofemoral la más común. Hay varios hallazgos clínicos asociados a esta dolencia. Como la híper o hipo movilidad rotuliana, el deterioro del rendimiento de los músculos del cuádriceps o de la cadera, el valgo dinámico de la rodilla, la sobre pronación del pie y el deterioro de la movilidad de los tejidos blandos anterolaterales del muslo. Además de las lesiones condrales, la reactividad sinovial, de las bursas o de los tendones, y las creencias de evitación del miedo (por ejemplo, la catastrofización, la kinesiofobia).
El diagnóstico por imagen avanzado puede revelar anomalías estructurales, como lesiones del cartílago, lesiones del menisco, displasia patelofemoral, artrosis en personas con dolor anterior de rodilla. A pesar de estos posibles hallazgos de imagen, las intervenciones quirúrgicas no son superiores al tratamiento no quirúrgico en sujetos de 18 a 40 años, y hay pruebas que favorecen el enfoque no quirúrgico también en personas mayores de 48-63 años. Por lo tanto, los planes no operativos con énfasis en el tratamiento de fisioterapia son el curso inicial de atención recomendado, mientras que la cirugía se reserva para los casos que no responden.
Las personas con molestias en la rodilla se quejan de dolor en la parte anterior de esta o en las regiones retropatelares, que aumenta al correr, ponerse en cuclillas, subir y bajar escaleras y después de períodos prolongados de sedestación. Rara vez un individuo informará de un mecanismo específico de lesión, sino más bien de una aparición insidiosa
de dolor que se agrava repetidamente al continuar la actividad provocadora. Por ello, la historia del paciente debe centrarse en los cambios correspondientes en las conductas y características físicas. En el paciente físicamente activo, las alteraciones en la carga de entrenamiento (intensidad, duración o frecuencia), el entorno o la modalidad son muy relevantes y contribuyen con frecuencia al desarrollo de los síntomas.
Los cambios en las características personales que contribuyen al dolor anterior de rodilla incluyen el aumento o la pérdida de peso, el cambio en la biomecánica relacionada con la actividad. Es decir, una nueva forma de correr o ponerse en cuclillas. El uso de un calzado diferente o de ortesis para el pie, y la modificación del comportamiento diario, el tiempo que se pasa sentado, de pie, caminando o utilizando escaleras.
Las lesiones o cirugías previas en la articulación de la rodilla a menudo conducen al dolor anterior de rodilla, ya que la inflamación, el derrame articular, la reducción de la movilidad de la articulación y la disfunción neuromuscular del cuádriceps ponen en peligro la función eficiente de la rodilla. Por ejemplo, después de una reconstrucción del ligamento cruzado anterior con hueso-tendón- hueso, hasta el 23% de los pacientes experimentan dolor anterior de rodilla.
ESTRATEGIAS DE IDENTIFICACIÓN DEL DOLOR ANTERIOR DE RODILLA
La función y los síntomas iniciales, junto con la progresión de la recuperación, suelen evaluarse con la clasificación numérica o visual del dolor (EVA), con el Sistema de Información de Medición de Resultados Comunicados por el Paciente (PROMIS). La subescala patelofemoral de la puntuación de resultados de lesiones de rodilla y osteoartritis (KOOS-PF), la escala de dolor de rodilla anterior (AKPS) y la escala de clasificación global del cambio.
Otros cuestionarios, como la escala de Tampa para la kinesiofobia (TSK), el cuestionario de creencias de miedo-evitación (FABQ) y la escala de catastrofismo del dolor (PCS) Pueden identificar factores psicosociales en personas con dolor anterior de rodilla que informan de las estrategias de educación del paciente y de la progresión del ejercicio.
La exploración física del paciente con dolor anterior de rodilla tiene como objetivo identificar las alteraciones biomecánicas, neuromusculares y miofasciales que guiarán las recomendaciones de tratamiento cuando se integren con la historia clínica.
Debido a la variedad de condiciones implicadas en el dolor anterior de rodilla, la sensibilidad a la palpación también puede estar presente en el tendón infrapatelar y la almohadilla de grasa, el tubérculo tibial y el tendón del cuádriceps suprapatelar. La debilidad de la musculatura posterolateral de la cadera, en particular los abductores de la cadera, está a menudo presente y se asocia con un aumento del valgo dinámico de la rodilla durante la carga.
El dolor anterior de rodilla es una afección común que responde a las intervenciones de fisioterapia basadas en la evidencia, centradas en la educación del paciente y en el restablecimiento de la capacidad de carga musculoesquelética mediante ejercicios complementados con estrategias para controlar el dolor. La educación es un primer paso importante para garantizar que el paciente entienda la afección y el fundamento del plan de
tratamiento. El tratamiento con ejercicios es la base de la atención del dolor anterior de rodilla y conduce a mejoras a largo plazo del dolor y la función. También debe considerarse el reentrenamiento del movimiento cuando las técnicas defectuosas son evidentes durante las actividades que provocan dolor.
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